Consagración a la Virgen de Guadalupe

El 3 de mayo de 1959 el Cardenal Miguel Dario Miranda y Gomez, entonces Primado de México, a petición del Cardenal Stefan Wyszynski, entregó Polonia bajo la protección de Nuestra Señora de Guadalupe.

Hoy vemos el abandono de la fe por muchos. Por eso necesitamos luchar por ella en nuestra patria y también en México. Preocupados por la situación que vivimos en nuestro nuestro pais y por la de nuestros hermanos y hermanas de México deseamos, en virtud de esa entrega, consagrarnos nuevamente a la protección de la Santissima Virgen Maria de Guadalupe.

Nuestra Señora de Guadalupe, la Hermosa Virgen, Te apareciste al indio San Juan Diego para traernos la buena noticia de tu bondad en Tu humilde Corazón. Nos prometiste que Te encargarías de cada persona que te pidiera tu auxilio y tu consuelo.

Virgen Maria Inmaculada, hoy nos arrodillamos ante Ti para pedirte que nos apoyes tanto a nosotros como a nuestros hermanos en México, en nuestras dificultades, sufrimientos y penas, y que salves a la Iglesia y la fe de nuestros países.

Hermosa Señora, Tú eres la que secas nuestras lágrimas e intercedes por nosotros ante tu Hijo nacido en Belén, Nuestro Senor Jesucristo, Redentor y Salvador. Por eso venimos a Ti hoy para pedirte con humildad que nos alivies en los sufrimientos que hay en nuestras familias y en los hogares de nuestros hemanos en México. Ayúdanos llevar nuestras enfermedades y dolencias, y todo con lo que nos enfrentamos en la vida, para que finalmente sean agradables para Ti y para nuestro Señor Jesús.

Madre misericordiosa, libéranos y sánanos según la volundad de Dios. Transforma nuestros paises: Polonia y México para que nuestra fe sea fuerte e invencible. Madre de la Iglesia renueva y fortalezca la fe de estas dos naciones.

Hermosa Señora del Tepeyac, Tú le prometiste al sencillo indio San Juan Diego, escuchar todas nuestras peticiones y necesidades porque quieres ayudar a todo aquel que se dirija a Ti.

O Virgen encinta, transfórmenos a nosotros, a nuestras familias a y a todos los ciudadanos de Polonia y de México. Ayúadanos a vivir en la verdad, para que no tengamos miedo de ver nuestros errores y pecados personales y nacionales. No tengas en cuenta nuestros pecados, sino que lleva nuestras súplicas a Tu Hijo, y pónlas bajo Su Santa Cruz. Son ellas un grito pidiendo ayuda a ambas naciones. Que nuestro Senor Jesucristo permita convertirnos y renovar nuestras vidas en Su gracia. Te lo pedimos especialmente hoy celebrando la festividad de la Señora y Reina de México. Te pedimos un gran milagro de la rosas que fue el signo en la tilma para el Obispo Fray Juan de Zumárraga, el 12 de diciembre de 1531. Ese milagro fortaleció su fe. Te pedimos, renueva y protege la fe de nuestras naciones através de la intercesión del martir por la fe San José Sanchez de Rio y de todos los mártires por la fe en las naciones polacas y mexicanas.

Nuestra Señora de Guadalupe, no nos desampares. Que el vacío y la incredulidad no reinen en nuestros corazones, sino que a tarvés de Tu amparo volvamos a vivir en gracia en Tí y en Tu amado Hijo Jesús. Amen.


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